Una Ciudad Suspendida en Brasil
La vivienda es el componente más extenso de la estructura urbana ya que cubre la mayor superficie de las ciudades. Es por eso que existe una relación muy estrecha entre el medio ambiente, el ser humano y la vivienda. Buena parte de la vida discurre en ellas, de ahí la importancia de que se construyan de forma ecológica y sean eficientes, desde el punto de vista energético, además de sostenibles.
Siguiendo este objetivo, los arquitectos Coolie Calihan y Charles Johnson han diseñado un modelo de edificio con una arquitectura transgresora. Se trata de la “Cidade Suspensa”, proyecto brasileño que busca cambiar el paradigma urbanita y el modo en el que organizamos nuestras ciudades de manera que los edificios estén suspendidos en el aire.
Este sistema de levitación minimiza la huella estructural sobre el terreno, ampliando las oportunidades para el desarrollo futuro de Río de Janeiro sin expandir sus fronteras. De hecho, se está pensando como una solución de planificación urbana para reubicar favelas para recuperar parte del suelo urbano para la reforestación. Su diseño se basa en:
• Dos torres ancladas al suelo que sirven de apoyo para una pasarela por encima del océano.
• Los pilares estructurales de apoyo, así como todos los sistemas mecánicos y de transporte, funcionan gracias al reciclaje de materiales mediante generadores de biomasa. Estos aprovechan el agua de lluvia, el compostaje de residuos, cría de peces y otras ciencias agrícolas. Crean una fuente sostenible de alimentos que pueden ser directamente distribuidos a los habitantes de la ciudad, con el consiguiente ahorro de energía y reducir el transporte.
• Dentro del edificio, se encuentran tres capas adyacentes. Los huecos que quedan en la red estructural dejan espacios abiertos para crear apartamentos, zonas verdes, mercados y otros entornos urbanos.
Por otro lado, la forma aerodinámica de la superficie se beneficia del clima tropical y la brisa del mar de Río de Janeiro para refrigerar el edificio. Durante el día, la masa de tierra se calienta mucho más rápido que las aguas del océano, haciendo que el aire caliente suba mientras que el frío del océano toma su lugar. Con ello, se reduce drásticamente los costes de energía en el uso del aire acondicionado.
Aunque la estructura exterior se mantiene siempre igual, los sectores interiores van a crecer, transformarse y evolucionar orgánicamente con el tiempo. Su inauguración está prevista en 2016, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de ese año, dentro de los programas de rehabilitación de la región.