En 2050, más del 70% de la población vivirá en ciudades. Esta enorme concentración de gente en pequeñas áreas supone un gran reto a la hora de gestionar el aumento de la demanda energética, de transporte y de recursos. ¿Cómo podemos hacer frente a este cambio y garantizar el bienestar de las personas? KPMG tiene la respuesta y nos la hace llegar con su estudio “Hacia la Ciudad 4.0: Análisis y perspectivas de las Smart Cities españolas”, con el patrocinio de Siemens.

Ciudad 4.0

¿Qué es una ciudad 4.0?

Una ciudad 4.0 busca mejorar a máximo la calidad de vida de los ciudadanos y el desarrollo sostenible a través de una gestión eficiente y responsable de sus recursos y servicios. Un objetivo que quieren alcanzar las ciudades del futuro para afrontar los desafíos a los que se enfrentarán en los próximos años, como el crecimiento de la población o la concentración de la misma en núcleos urbanos.

Concretamente, la ONU estima que habrá más de 40 megaciudades en el año 2030, las cuales albergarán entre 10 y 30 millones de habitantes. Para poder gestionar este aumento progresivo de la población, así como el incremento de la demanda de servicios, las tecnologías digitales se convierten en un importante aliado para hacer uso los recursos de la manera más eficiente. A este modelo de desarrollo sostenible, se le ha denominado “smart city” o “ciudad 4.0”.

Las ventajas de una Ciudad 4.0

La clave del aporte de una Smart City está en la reducción. Según el estudio de KPMG, gracias a la implementación de tecnología inteligente en las ciudades, los ayuntamientos ahorrarán en costes a la vez que mejorarán el cuidado del medioambiente. Por ejemplo:

  • En el transporte urbano, se reducirán entre 3.100 y 4.900 toneladas las emisiones contaminantes.
  • Los edificios podrán disminuir entre un 30% y un 50% el consumo de energía y agua, lo que supone un ahorro de 400 euros por m2 y año.
  • En lo referente a la gestión del agua de las ciudades, bajarán en un 20% las pérdidas, lo que se traduce no solo en una mejora de las reservas sino también en un ahorro de 244 millones de euros anuales.
  • El consumo energético del alumbrado público se minimizará a más de la mitad, con lo que los municipios podrán ahorrarse alrededor de 400 millones de euros de los 740 millones que gastan en la actualidad.
  • En el campo de la gestión de residuos, donde cada español produce 460 kg anuales, se podrán reducir los costes que esto supone un 20 y un 40%, es decir, un ahorro de entre 485 y 970 millones de euros al año.

España reduciría un 60% el gasto si invirtiese en Ciudades 4.0

Ya hemos visto que las tecnologías digitales son claves para hacer frente a los retos del aumento de población. Para ello, es necesario que las instituciones inviertan en la digitalización de sus urbes. ¿Cuál es la situación de España en este campo?

Según una encuesta realizada a 10 Ayuntamientos españoles, Madrid, Barcelona, Santander, Valencia o Málaga son las ciudades nacionales de referencia en el campo de las smart cities. Mientras que, si ampliamos al ámbito internacional, Copenhague, Ámsterdam y Londres son las elegidas como espejo en el que mirarse.

La financiación, los problemas legales y la reorganización de los ayuntamientos son las principales barreras que se encuentran las administraciones públicas a la hora de implementar una estrategia «Smart».  Sin embargo, las previsiones son favorables ya que según el análisis de KPMG, el grado de desarrollo de los servicios inteligentes en los ayuntamientos es medio. 

Según este estudio:

  • El 70% de los municipios de España se encuentran a medio camino de ser una Ciudad 4.0 
  • Casi el 90% de nuestras urbes ya cuentan con una estrategia digital formalizada 
  • Más del 80% de los ayuntamientos invierten entre 10 y 40 millones de euros en soluciones para aumentar la calidad de vida de sus ciudadanos.

Si se consiguen los objetivos y las Ciudades 4.0 se convierten en una realidad en España, nuestros ayuntamientos podrán ahorrar hasta un 60% de gastos con la tecnología digital adecuada.

Es el momento de que, en colaboración con las entidades privadas, nuestra administración pública se sumerja de lleno en la digitalización y se sume al carro de las Smart Cities mundiales.