Nanotecnología: la ciencia del futuro (Parte II)
Como vimos en la primera parte, la nanotecnología permite lograr grandes avances tecnológicos en diversos campos. Si anteriormente tratamos los progresos nanotecnológicos en construcción, en este post hablaremos sobre las mejoras conseguidas en medicina y biotecnología que prometen revolucionar estas áreas en el futuro.
La Universidad de Alberta, por ejemplo, ha desarrollado unas nanopartículas que pueden ayudar a combatir el cáncer. Estas se introducen en las moléculas causantes de la supresión del sistema inmunológico, inhibiéndolas e impidiendo que actúen negativamente contra el organismo. Mientras que en Suiza, se ha desarrollado un sistema de nanoimanes que permiten purificar la sangre, liberándola de agentes patógenos, lo cual puede resultar muy beneficioso para los pacientes que necesiten diálisis.
La lucha contra el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas también podrá beneficiarse de estos avances. De hecho, investigadores españoles están desarrollando nanopartículas para su tratamiento y científicos españoles del CSIC trabajan en nanosensores de ADN que podrán prevenir y detectar enfermedades.
Otros avances en camino son la fabricación de tejidos artificiales a imitación de los naturales, que podrán sustituir a los tejidos dañados y posibilitarán modificar el material genético para la cura de enfermedades.
Además, la nanotecnología también beneficiará al medio ambiente. Algunos de los logros destacables en este ámbito son:
- El desarrollo de nanofiltros para purificar el agua. Estos dejan pasar el agua y en lugar de atrapar las bacterias, las eliminan directamente con un coste menor que otros sistemas.
- Se podrán desarrollar baterías para ordenadores con una mayor duración y un tamaño y peso mucho menor.
- En la industria del automóvil se podrán producir vehículos más limpios, seguros y con un menor coste.
- El Instituto Tecnológico de Massachusetts ha conseguido generar electricidad mediante nanotubos de carbono recubiertos de combustible que al descomponerse producen calor.
Y por último, en Suecia, se pretende construir muros de hormigón que descompongan los gases expulsados por los coches en los túneles de la carretera y aceras que limpien el aire de las ciudades.