Isabela es la isla más grande del archipiélago ecuatoriano de las islas Galápagos. En sus playas de arena blanca veranean miles de turistas disfrutando de su maravillosa vida silvestre. La flora y fauna nativa endémica y única de este singular rincón del Pacífico configuran uno de los lugares más excepcionales del mundo. Por ello, la UNESCO reconoció su importancia declarando la isla Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera.

Recientemente, debido a los altos niveles de contaminación, la UNESCO solicitó a Ecuador que encontrase una solución energética más respetuosa y sostenible con respecto al frágil ecosistema de la isla. La UNESCO estaba preocupada no sólo por la contaminación, sino también por los riesgos que entrañaba el transporte de gasóleo por barco a 600 millas de distancia. En los últimos años, dos grandes cargas de combustible fueron derramadas durante la transferencia del barco a la central eléctrica, ensuciando la costa de la isla y amenazando su hábitat. A raíz de los sucesos, las Naciones Unidas advirtieron a Ecuador que tenían que encontrar una solución eléctrica más limpia para que las Galápagos no corriesen el riesgo de perder su codiciada distinción de «patrimonio mundial».

Ecuador, con el apoyo clave del gobierno alemán, invitó a varias empresas de ingeniería a presentar sus propuestas para diseñar un sistema fiable y limpio desde el punto de vista ambiental utilizando energías renovables. Los desafíos técnicos y logísticos de la construcción y el mantenimiento de un sistema de este tipo en una isla remota constituían los principales obstáculos. Ante estos retos, Siemens fue el único proveedor que presentó su propuesta: un sistema híbrido de generación de electricidad que utiliza combustibles renovables.

Galápagos: Isla Isabela se pasa a las renovables

Siemens propuso para la Isla Isabela una tecnología innovadora que incluyese un sistema híbrido a demostración de la importancia de preservar un ecosistema único para las generaciones futuras, por un lado, y su compromiso con la sostenibilidad como empresa, por el otro.

El proyecto 100% renovable combina la intermitencia de la energía solar con otra fuente de combustible renovable: el aceite de piñón. Con tan sólo 1,8 megavatios de capacidad máxima, el sistema híbrido consta de tres componentes principales:

  • un parque de energía solar de 952 kW compuesto por unos 3.024 paneles fotovoltaicos
  • un sistema de generación de biodiésel de 1.625 kW compuesto por cinco grupos de generación de 325 kW
  • un sistema de almacenamiento de baterías que puede “inyectar” otros 660 kW de forma instantánea cuando sea necesario

Todo  el conjunto incluye un software que gestiona, entre otras funciones, los flujos de energía hacia y desde las baterías. El sistema está en pleno funcionamiento desde octubre, después de un extenso período de pruebas en proyectos piloto tanto en Ecuador como en Alemania.

La instalación de este proyecto de gran envergadura, con sus 600 toneladas de maquinaria y material de construcción,  ha sido especialmente complicada por el hecho de que no hay muelles ni embarcaderos en la isla Isabela a los que se puedan amarrar los buques.

Desde su puesta en marcha, la nueva central eléctrica híbrida ha aportado importantes beneficios medioambientales: evitó la quema de hasta 33.000 litros de diésel que alimentaban la vieja planta cada mes ahorrando así la emisión de 88 toneladas de CO2.

Además, la nueva planta ha estado operando al 99% de su capacidad y es mucho menos ruidosa que la anterior.

Galápagos reemplaza el diésel por aceite vegetal de piñón para generar electricidad

Un aspecto novedoso del proyecto es el uso de “jatropha curcas, también conocida como piñón de tempate o jatrofa, como fuente de aceite para producir biodiésel. Este peculiar piñón que crece en zonas tropicales de varios países de América del Sur, entre ellos Ecuador, está compuesto por un 40% de aceite que puede ser procesado en biodiésel de alta calidad.

Todo el sistema se sometió a una prueba de seis semanas cerca de Hamburgo para demostrar el funcionamiento exitoso de la planta incluso antes de ser enviada a su destino final.

La puesta en marcha se llevó a cabo sin problemas y, gracias al amplio trabajo de I+D invertido en el desarrollo de la solución y a las prolongadas e intensas pruebas, Siemens pudo garantizar el rendimiento de la central eléctrica híbrida. Una monitorización remota de la planta desde Austin, en Texas, y Múnich, en Alemania, pone a disposición de los operadores locales de la planta toda la experiencia de Siemens en generación de energía.  

La materia prima se logra a través del desarrollo agroindustrial del piñón que se cultiva en la costa continental de Ecuador, específicamente en la provincia de Manabí, donde una cooperativa local elabora el aceite vegetal que se usa en la Isla Isabela como fuente limpia de energía.

En el caso en que se produjera un derrame durante el transporte en barco, el aceite de este piñón se podría disolver con relativa rapidez y sin apenas impacto a nivel medioambiental.

Isla Isabela, en Ecuador, se transforma en un referente energético

La exitosa instalación del sistema de energía híbrido de Isabela representa un punto de partida y una referencia para las demás islas del archipiélago. Además, es probable que Isabela, donde la demanda de energía crece a un ritmo de entre el 5 y el 10% anual, amplíe pronto su nueva planta híbrida.

En las islas del Caribe y del Pacífico existe un enorme mercado potencial ya que dichas geografías cuentan con desafíos ambientales y de suministro de combustible similares a los de Galápagos. Lo mismo podría decirse de las ciudades aisladas o de cualquier lugar donde se utilice diésel altamente contaminante como combustible primario para la generación de energía eléctrica.

Siemens Isla Isabela Galapagos