La digitalización en el sector energético generará 64.000 millones de dólares de beneficio según un estudio realizado por Bloomberg. Esta misma fuente estima que 50.000 millones de dispositivos estarán conectados al «Internet de las cosas» en 2020. Y alrededor de 1.100 millones de medidores inteligentes (smart meters) se implementarán globalmente para el año 2021.

Este desarrollo crea un gran potencial de mercado para la industria de la energía. Pero, ¿cómo se puede digitalizar el sector energético?

Cómo digitalizar la red eléctrica

El sector energético tiene ante sí uno de los mayores desafíos: el incremento de la demanda eléctrica. Si no se hace frente a esta necesidad, en pocos años, estaremos viviendo una de las crisis más importantes en la historia reciente.

Para poder afrontar este reto, Bloomberg propone:

Sin embargo, la mayor revolución (y necesidad) pasa por conectar todos estos sistemas con los ya existentes y alcanzar la digitalización en el sector energético.

Con la instalación de sensores y contadores a lo largo del sistema eléctrico (plantas, líneas de tensión, empresas, hogares,…), ayudaría a reducir los costes gracias al control y previsión del consumo. Es lo que se llama Smart Grid.

Las redes inteligentes integran nuevos agentes productores, gestionan la electricidad en función de las necesidades y convierten al consumidor en un prosumidor, eliminando la unidireccionalidad del sistema y otorgando al cliente el protagonismo.

Beneficios de la digitalización en el sector energético

La industria de la energía genera millones de datos que pueden ser aprovechados. La digitalización de los sistemas eléctricos puede proporcionar diversas ventajas, permitiendo a las empresas de servicios públicos:

  • Mantener la estabilidad. La agregación y la acción en tiempo real de los activos energéticos y las cargas industriales podrían proporcionar una regulación precisa de la frecuencia y una respuesta a la demanda, proporcionando nuevas fuentes de ingresos para los activos de combustibles fósiles en apuros.
  • Monitorizar la red e identificar errores.
  • Optimizar y pronosticar la producción de energía. Predecir la producción renovable es una oportunidad a corto plazo que permitirían una mejor integración de la energía a la red. Con una mejor predicción, los activos de combustibles fósiles podrían usarse con mayor eficiencia.
  • Dar más control al consumidor. Las microgrids permitirían la generación de energía propia por parte del usuario que se añadiría a la red y así mejorar la estabilidad y demanda.
  • Gestionar de manera remota y descentralizada.  Los sistemas digitales proporcionarán una supervisión e integración transparente de los datos.
  • Nuevas fuentes de ingresos o acceso a nuevos mercados y productos.

Todo ello, se traduce en reducción de costes y una mejora del uso de la energía. Uno de los mejores ejemplos lo tenemos en España. Gestamp, compañía de fabricación de componentes de automóviles, ahorra un 15% de costes eléctricos gracias a la introducción del sistema inteligente EnergyIP.

La digitalización sostenible del sector energético

En la actualidad, más de 1.000 millones de personas en el mundo no tienen acceso (o es insuficiente) a la electricidad. Al mismo tiempo, los pronósticos indican que la demanda de energía primaria (más 33%) y electricidad (más 78%) se disparará a mediados de siglo. Estos datos nos obligan a crear una red eléctrica que garantice el suministro pero sin perjudicar el medio ambiente.

Hoy en día, la generación de energía representa el 25% de las emisiones de CO2 en todo el mundo. Por lo tanto, para alcanzar la meta climática establecida en París (mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales), mayor electricidad no debe significar más CO2.

Para poder lograr este objetivo, todos los actores económicos (empresas, instituciones y organizaciones) tenemos que unir fuerzas. Siemens está comprometido con esta labor y es una compañía que avanza para crear soluciones encaminadas hacia la descarbonización.

Por ello, creamos soluciones que ayuden a descarbonizar el sector energético y aplicamos esta política dentro de la compañía. Siemens ha establecido un protocolo para:

  • Usar la energía de la manera más eficiente posible.
  • Aumentar la participación de la energía renovable y acelerar el cambio a la generación de energía convencional con bajo consumo de carbono.
  • Rediseñar los mercados de electricidad para garantizar inversiones suficientes en sistemas de energía sostenibles, seguros y eficientes.
  • Adoptar tecnologías altamente flexibles para integrar las energías renovables y garantizar la estabilidad del sistema.
  • Acelerar la descarbonización de otros sectores con la integración de tecnologías «Power-to-X«.

Además, Siemens tiene como objetivo reducir a la mitad su huella de carbono para 2020 y convertirse en una compañía cero emisiones en 2030. Para lograrlo, se ha invertido alrededor de 100 millones de € en tecnologías innovadoras para reducir la huella energética de nuestra producción instalaciones y edificios. Además de reducir las emisiones anuales en 80,000 toneladas métricas, se prevé ahorrar 20 millones de € al año en costes de energía.

Entre todos, podremos crear una red eléctrica más eficiente, segura y sostenible.