El guante que convierte a los humanos en robots
Desde que surgieran por primera vez en 1952, los robots industriales siempre han sido retratados como unas grandes y pesadas máquinas, capaces de reproducir una tarea varias veces gracias a la automatización. Aunque esta visión sigue siendo real, lo cierto es que en los últimos años, gracias a la creación de la microelectrónica, los sensores o los algoritmos, estamos alcanzando una nueva Era de la robótica.
Estos grandes cambios también están siendo impulsados por la convergencia de dos tendencias aparentemente contradictorias: la creciente complejidad de los productos y el aumento de la demanda de soluciones individualizadas. El resultado ha sido un nuevo enfoque en el concepto de fabricación flexible que se caracteriza por robots industriales más ligeros y capaces de trabajar de forma segura mano a mano con los seres humanos.
Científicos de Siemens están trabajando en esta línea de actuación y han creado un guante que convierte a los humanos en robots. Este sistema está pensado para que la interacción máquina-persona se realice de manera controlada y segura en entornos industriales.
Pero, ¿en qué consiste este sistema?
- El guante está equipado con 17 membranas con sensores inerciales y magnéticos. Gracias a la combinación de estos estímulos sensoriales, el robot simula los movimientos de la mano humana.
- Los componentes cerámicos piezoeléctricos situados en la punta de los dedos emiten vibraciones a diferentes frecuencias y amplitudes que se corresponden con el nivel correcto de presión que hay que aplicar al manipular un objeto. Una vez recogidos los datos, la mano de robot puede ejercer la fuerza correcta gracias a la retroalimentación en tiempo real proporcionada por sus propios sensores.
- Ya que el operario no podrá estar trabajando constantemente con el guante, Siemens ha utilizado Kinetic de Microsoft para que los robots “memoricen” los movimientos y los apliquen según las características del objeto. Esta tecnología puede capturar, simultáneamente, los datos RGB y las profundidades de una imagen. El primero es necesario para determinar el gesto de agarre, mientras que el segundo se usa para calcular los puntos de agarre.
Si, como se espera, los robots trabajarán mano a mano con los seres humanos, la seguridad debe ser la máxima prioridad. Con esto en mente, los científicos de Siemens están desarrollando un nuevo mecanismo basado en la teoría de control impedancia, que gestionará simultáneamente la posición y la fuerza de un brazo de robot gracias a la “educación” según patrones que serán seguidos milímetro a milímetro.
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