En la era digital, proteger nuestra identidad en línea y la autenticidad de la información es crucial, especialmente en grandes empresas tecnológicas. Con el avance de tecnologías como los deepfakes o los conocidos como “fantasmas digitales”, cada vez hay nuevos retos a los que hacer frente.

De hecho, en 2020 ya había más de 85.000 vídeos falsificados subidos a internet, los cuales se duplican cada seis meses. Algunas de sus implicaciones son:

  • Manipulación de vídeos y audios: gracias a la IA, se pueden alterar tanto imágenes como voces.
  • Suplantación de identidad: también podría darse el caso de la creación de perfiles falsos para acceder a redes corporativas como uno de sus empleados.
  • Riesgos en ciberseguridad: amenazas con contenido comprometedor para la empresa, ya sea por información privada u operaciones de esta.

¿Qué son los fantasmas digitales?

Los conocidos como “fantasmas digitales” son perfiles o identidades en línea creadas para hacerse pasar por personas reales o ficticias, a veces con el objetivo de infiltrarse en redes corporativas o dañar la reputación de una organización.

Quizás has oído hablar de los deepfakes, que utilizan inteligencia artificial para crear vídeos, audios o imágenes falsificadas que son prácticamente indistinguibles de las reales. A menudo, se han asociado con campañas de desinformación, suplantación de identidad y manipulación de contenido, pero en el contexto empresarial representan un riesgo aún más serio.

Cómo afectan estos fantasmas al sector industrial

La amenaza de deepfakes a la industria es multifacética. Por ejemplo, una manipulación de vídeo podría usarse para difundir información falsa sobre las operaciones de una empresa o los comentarios de sus ejecutivos, afectando tanto a la reputación de la organización como la confianza de sus socios y clientes.

Además. Los perfiles digitales falsos representan un riesgo a la ciberseguridad; si se usan para acceder a sistemas internos o a información confidencial, pueden poner en riesgo la infraestructura y la operación.

Cómo se protegen las empresas de las amenazas digitales

Frente a la complicada situación, empresas tecnológicas líderes como Siemens no solo innovan en áreas industriales, sino también en ciberseguridad.

Las técnicas de inteligencia artificial y machine learning de las empresas se aplican para identificar patrones anómalos que podrían indicar actividad sospechosa o posibles deepfakes, ayudando a mitigar riesgos. Además, las organizaciones establecen una serie de medidas preventivas como, por ejemplo:

  • Protección de identidad: la autenticación multifactor y la detección de anomalías permiten verificar la identidad de los colaboradores y socios, asegurando que solo personal autorizado pueda acceder a la información.
  • Tecnología anti-falsificación: el empleo de herramientas utilizadas para detectar deepfakes y alertar sobre posibles intentos de manipulación. Esto incluye sistemas de verificación de datos en tiempo real y análisis de origen.
  • Educación en ciberseguridad: la formación constante de los empleados en temas de ciberseguridad es fundamental para proteger los datos de las organizaciones. Según el World Economic Forum, más de un 90% de los ciberataques se produjeron como consecuencia de un error humano.

En este contexto, cada persona juega un papel fundamental. Ser consciente de estos riesgos y saber identificar señales de alerta es clave para mantener la integridad de la empresa, además de saber entender cómo actuar.

Desde evitar compartir información sensible en redes sociales hasta verificar siempre las fuentes de comunicación, pequeñas acciones pueden hacer una gran diferencia en la defensa contra las amenazas.

La tecnología avanza rápidamente y, con ella, también los métodos de fraude y manipulación. En Siemens, el compromiso con la innovación va de la mano con la responsabilidad de proteger la identidad digital y la seguridad de todos los involucrados.

En este Halloween, recuerda que los “fantasmas” ya no solo asustan en las películas, sino que se han vuelto más digitales que nunca. Con un enfoque consciente y proactivo, podemos asegurarnos de que el panorama digital sea más seguro.