En muchas ocasiones, una empresa tarda meses en recuperarse de un ciberataque. Además, el 80% de las compañías españolas destacan que los ataques son cada vez más críticos y el ransonware se consolida como principal amenaza.

Por ello, en España, el 73% de las organizaciones cuenta con personal especializado para la gestión de la ciberseguridad. Según el Observatorio de Competencia Empresarial, en el 53% de los casos se trata de un proveedor externo y en el 20% de personal interno.

El resto de las empresas se reparten entre un 17% en las que la gestión está en manos de personas no especializadas, y un 9,5% donde nadie se encarga de la ciberseguridad.

Contando con estos datos, la conclusión más evidente sería que, ahora mismo, las empresas españolas perciben su nivel de digitalización entre intermedio y avanzado. De hecho, solo el 15,5% de las compañías valora su grado de digitalización como bajo o muy bajo.

A pesar de que estas son buenas noticias, todavía hay mucho camino por recorrer. Las amenazas se vuelven más complejas y la tecnología es la clave para hacerles frente.

5 efectos comunes de un ciberataque

A pesar de los altos índices de digitalización que parece que ya tienen las organizaciones en España, son muchos los casos de ciberataques que se han producido en los últimos años.  Y… ¿por qué? Estos son algunos de los motivos principales:

• Desinformación del usuario o la empresa.
• Vulnerabilidad de tecnologías y sistemas.
• Divulgación accidental de la información.
• Pérdida o robo de dispositivos.
• Mal uso de la tecnología por parte del usuario.

Partiendo de esta base, es importante tener en cuenta que los efectos de estas amenazas son importantes, ya que pueden abarcar algunos como:

1. El riesgo de muerte y heridas graves.
2. Un desastre medioambiental.
3. Pérdidas financieras o de propiedad intelectual.
4. Eliminación o disminución de la calidad de la producción.
5. Daño a la imagen corporativa.

La cultura de ciberseguridad en la empresa

Por todos estos motivos, en la actualidad, para proteger eficazmente los activos digitales y la información sensible, es crucial que todas las personas dentro de la organización comprendan y participen activamente en las prácticas de ciberseguridad.

¿Qué significa esto? Principalmente que es clave desarrollar una cultura de ciberseguridad, lo que significa integrar la seguridad en todos los niveles de la empresa, desde la alta dirección hasta los empleados de primera línea.

¿Cómo conseguirlo? Aquí te compartimos tres tips fundamentales:

1. Uno de los primeros pasos para fomentar esta cultura es la formación continua. Los empleados deben recibir capacitación regular sobre las amenazas cibernéticas más recientes, las mejores prácticas para evitar ataques y cómo reconocer señales de posibles brechas de seguridad.
2. Además, es fundamental que la alta dirección dé el ejemplo. Cuando los líderes de la empresa demuestran un compromiso serio con este tema, es más probable que los empleados sigan su ejemplo.

La concienciación y la comunicación también juegan un papel clave. Las empresas deben crear canales claros y accesibles para que los empleados puedan reportar incidentes de seguridad sin temor a represalias.

SiESTA, la mejor opción para mantenerse protegido

¿Has oído hablar de SiESTA? No, no estamos hablando de la rápida cabezadita que uno se echa después de comer, sino de la solución de pruebas de seguridad más completas para entornos OT/IT.

Si todavía no la conoces, esto te interesa. Entre todos los beneficios de SiESTA destacan:

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2. SiESTA utiliza una variedad de tecnologías y métodos para proporcionar un gran número de pruebas de seguridad diferentes con amplias capacidades para detectar vulnerabilidades.
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Como comentábamos al principio, la tecnología es la clave para hacer frente a los ciberataques. Este es solo un ejemplo de cómo mantenernos protegidos, pero gracias a la digitalización y a la gran variedad de dispositivos que existen, estaremos preparados para luchar contra cualquier ataque.