España necesita invertir 178 mil millones € para mejorar sus ciudades
Ante los grandes cambios medioambientales, demográficos, económicos y de escasez de recursos a los que hacemos frente hoy en día, las innovaciones tecnológicas representan una realidad de importantes oportunidades para contribuir a construir un mundo más sostenible para todos. Los actores económicos de todo el mundo, tanto públicos como privados, van a necesitar de una importante inversión de aquí a 2020, si quieren seguir siendo competitivos y viables.
Una investigación, llevada a cabo por Siemens Financial Services (SFS), ha calculado el coste de inversión necesario para mejorar las infraestructuras y servicios, tomando como muestra diez países repartidos por todo el mundo. Según el estudio, España va a necesitar 178 mil millones de euros para implementar su estructura urbana. En los extremos de la balanza, se encuentran Polonia, con un presupuesto necesario de 70 mil millones de euros, y Reino Unido con 274 mil millones de euros.
El documento señala la necesidad de mayor implicación entre el sector público y privado si se quieren cubrir estas necesidades de inversión con una financiación asequible y sostenible.
Aunque gran parte del debate actual se centra en grandes proyectos, se afirma en el informe que debe prestarse la misma atención a la financiación de municipios para así permitirles adquirir tecnología moderna y pagarla a plazos. Se incluye, entre otros ejemplos, los contratos de rendimiento energético para mejorar la eficiencia de los edificios o ayudar a los hospitales a conseguir los últimos equipos que mejore sus tasas de tratamiento de pacientes y sus resultados clínicos.
En este escenario, las tecnologías “verdes” son una industria de importancia estratégica porque están relacionadas con modelos de negocio que combinan la rentabilidad económica y eficiencia en costes con una reducción del impacto ambiental y el consumo de recursos necesarios para la actividad económica.
De hecho, la ONU insta a invertir en tecnologías ecológicas para lograr revertir los efectos del cambio climático, la pobreza y los problemas económicos que afectan a gran parte del planeta. Según el Plan de de Acción de Eco-Innovación de la Unión Europea y la Agencia Internacional de la Energía (AIE), esta industria consigue:
• Beneficios que triplican el coste de la inversión inicial.
• Ahorrar 100 billones de euros en combustibles para 2050.
• Dar empleo a 3,4 millones de personas (más que la industria química o fabricante de coches)
• Facturar 319.000 millones de euros y crecer a un ritmo del 8% anual en Europa.
• Reducir los niveles de contaminación atmosférica un 20%.
La eficiencia energética es lo que ofrece el mayor potencial para mejorar la seguridad energética y disminuir las emisiones de dióxido de carbono, principales responsables del calentamiento climático. En concreto, las tecnologías asociadas a la eficiencia recortaría la intensidad energética (la cantidad de energía necesaria para producir un punto de Producto Interior Bruto suplementario) en dos tercios para 2050.