¿Es la Inteligencia Artificial la tecnología del futuro?
Predecir el futuro es complicado.
Entrando en el año 2022, había un entusiasmo especial por la tecnología blockchain y las posibilidades de los NFT, el mercado de las criptomonedas y el metaverso. Gran parte de esas tendencias se derrumbaron. Los NFT alcanzaron mínimos históricos de los que, presumiblemente, nunca se recuperarán. Las criptomonedas han experimentado la caída más grande de su historia. Y Meta ha sufrido un catastrófico revés en el mercado por no saber gestionar un metaverso de consumo.
Pero todo parece indicar que el 2023 va a estar marcado por el auge de la Inteligencia Artificial y el aprendizaje automático. Ya hace años que la tendencia es intentar conseguir más resultados con menos recursos (o hacer más con menos), pero cada vez es una necesidad mayor para las empresas y administraciones.
Pero, ¿podemos considerar entonces que la Inteligencia Artificial será la tecnología del futuro? ¿O será otra tendencia más que quedará apagada?
Las claves tecnológicas: Inteligencia Artificial y Aprendizaje Automático
A pesar del reciente estallido en popularidad de la Inteligencia Artificial, eso no significa que sea algo nuevo. Ciertas aplicaciones de Inteligencia Artificial llevan con nosotros mucho más tiempo del que, seguramente, nos imaginemos. Y tiene varias aplicaciones en nuestra vida diaria de las que llevamos años hablando.
Muchos de nosotros hacemos uso de Alexa o Siri cuando estamos en casa o cuando queremos consultar algo en el móvil rápidamente, y ambos asistentes virtuales funcionan gracias a la Inteligencia Artificial. Las empresas no se quedan atrás: cada vez son más que hacen uso de chatbots para resolver consultas en sus páginas web o servicios sin necesidad de interacción humana. Los hay que incluso usan la Inteligencia Artificial en sus productos; no podemos obviar el caso de Tesla y los vehículos autónomos capaces de tomar sus propias decisiones en base al tiempo o tráfico.
Por lo tanto, la Inteligencia Artificial es una tecnología que, aunque siga en pleno desarrollo, parece evidente que ha llegado para quedarse, y este 2023 sólo va a mostrarnos un aumento en sus usos y aplicaciones. Pero vemos como día a día surgen nuevas aplicaciones mejores, más complejas y muy útiles en la sociedad.
La Inteligencia Artificial y la medicina
Tal vez no te impresione tanto, pero uno de los sectores que más hace uso de la Inteligencia Artificial hoy en día con aplicaciones prácticas es el sector sanitario.
El interés de las empresas públicas, privadas y de los gobiernos ha sufrido un impulso desde la pandemia de la COVID-19 y todas las pérdidas, tanto de salud como económicas, asociadas a la paralización de la sociedad. Contrarrestar una nueva pandemia parece ahora más fácil que nunca gracias a tecnologías de Inteligencia Artificial.
Algunos de los casos de uso más sencillos de esta tecnología en el sector sanitario nos permiten:
- Diseñar un nuevo algoritmo con aprendizaje automático
- Detectar pacientes infectados en base a los algoritmos
- Capaz de frenar contagios reduciendo el contacto humano
- Aplicar medidas de cuarentena o aislamiento con componentes tecnológicos
¿Es la IA una amenaza para el ser humano?
Parece evidente que la Inteligencia Artificial está cambiando la forma de entender nuestra sociedad; la computación, los negocios y hasta el arte. El año pasado se avanzó en productos de IA como Stable Diffusion y ChatGPT y las empresas apostaron a interactuar con este tipo de modelos de aprendizaje para mejorar la productividad.
Con avances tecnológicos cada vez más rápidos y la adopción de estas tecnologías en tiempo récord (ChatGPT es la plataforma en Internet que más rápido ha alcanzado los 100 millones de usuarios activos, en sólo 2 meses desde su lanzamiento), es natural que surjan también las preguntas. ¿Va a superar la Inteligencia Artificial la capacidad humana? ¿Va a acabar con puestos de trabajo? ¿Viviremos en una distopía controlada por robots?
Además, la descentralización cada vez mayor de la Inteligencia Artificial esparcirá a diferentes sectores esta tecnología. Los lugares donde tradicionalmente hemos visto que las nuevas tecnologías hacen incursiones tempranas, como el aparato militar, los videojuegos y los medios de comunicación, serán la punta de lanza en la normalización de la Inteligencia Artificial.
La respuesta a las preguntas anteriores, aunque pueda parecer que requiere de mucho más análisis, en realidad es sencilla: no. Puede que esta tecnología, como anteriores Revoluciones Industriales, cambie el paradigma y la forma de entender el trabajo y la digitalización. Pero la mano humana sigue siendo absolutamente necesaria para aprovechar todas las capacidades de esta tecnología.
La Inteligencia Artificial: el objetivo de las empresas
En 2021, la Comisión Europea publicó el primer resumen cuantitativo sobre la adopción de la tecnologías de Inteligencia Artificial. En él, se se estableció que más de la mitad (55%) de las grandes empresas (+ 250 empleados) utilizan actualmente al menos una tecnología de Inteligencia Artificial, en comparación con poco menos de cuatro de cada diez (38%) de las microempresas (de 5 a 9 empleados).
Las empresas se esfuerzan e invierten en mejorar y reforzar sus sistemas para aplicar la Inteligencia Artificial, tanto en sus procesos internos como externos. Es también el caso de Siemens, que no sólo la ha utilizado numerosas veces para sus herramientas internas, sino que la ha hecho una parte clave de Siemens Xcelerator e incluso ha desarrollado ya apps basadas en Inteligencia Artificial para la industria.
El ejemplo más paradigmático es una aplicación de Inteligencia Artificial desarrollada para detectar anomalías en la industria de procesos. Esta aplicación, llamada AI Anomaly Assistant analiza los sucesos del proceso que afectan a parámetros como la productividad, la disponibilidad y la calidad, y alerta al operario de la planta de cualquier anomalía. Estos hechos y anomalías ya no se limitan a ser identificados, sino que también se analiza su relevancia para el negocio, una evaluación que antes solo era posible basándose en la experiencia previa.