La descarbonización como solución contra el cambio climático
El cambio climático está siendo devastador. El verano de 2017 batió el récord de número de olas de calor desde 1975, a los que hemos encadenado largos periodos de sequía que han generado graves consecuencias ambientales. De hecho, según los expertos, el 80% de España está en riesgo de convertirse en desierto si seguimos en esta escalada de temperatura.
Éstas son sólo alguna de las señales de alarma de lo que se avecina si no ponemos remedio. Pero, ¿qué podemos hacer para frenar el cambio climático? Aquí te dejamos algunas medidas que se pueden implementar.
Cómo frenar el aumento de la temperatura global
El planeta lleva ya tiempo intentando advertirnos de que, o cambiamos, o las consecuencias pueden ser catastróficas. Conscientes de este problema, los líderes mundiales se reunieron en 2015 para firmar el Acuerdo de París. En él se establecían medidas para frenar el cambio climático.
La comunidad internacional (con la excepción de Estados Unidos) se comprometía a mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 °C con respecto a los niveles que había en la época preindustrial. Pero ¿qué tipo de medidas se deben implementar para lograrlo? Mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En España, por ejemplo, se emiten cada año 5,8 toneladas métricas por persona (la media mundial es de 4,9). Para reducir la contaminación atmosférica, se necesita un plan de medidas de descarbonización y Siemens cuenta con un amplio portfolio de productos para ayudar en esta labor.
Gracias a él, se ha evitado verter 570 millones de toneladas métricas de CO2 a la atmósfera, lo que equivale a 70% de las emisiones anuales de Alemania. Además, ha mostrado a sus clientes nuevas tecnologías para hacer del Mundo un lugar mejor (smart grids, almacenamiento de energía, movilidad eléctrica, digitalización…)
Nuevas fuentes de energía contra el cambio climático
Una de las principales barreras para el proceso de descarbonización es que los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) siguen siendo la mayor fuente de producción de energía eléctrica, muy por delante de la nuclear y de las fuentes renovables.
¿Cuál es el principal problema de las energías renovables? La irregularidad en la fluctuación del viento y del sol, que provocan que la red eléctrica no sea estable. Para ayudar a que se pueda satisfacer la demanda energética con el uso de estas fuentes, es necesario contar con sistemas inteligentes de gestión de energía.
Por otro lado, en caso de sobreoferta, se pueden utilizar tecnologías de almacenamiento o de generación de hidrógeno que ayuden a estabilizar la red.
Sin embargo, hasta que este tipo de equipos sea una realidad, se necesitan alternativas a las plantas de carbón como son las centrales de gas. Éstas funcionan con la ayuda de turbinas de ciclo combinado y ciclo único. ¿En qué manera?
- En una cámara de combustión, se hace pasar el gas natural caliente por una turbina conectada a un alternador
- El gas ya turbinado se utiliza para calentar agua que se pasa a vapor en un recuperador de calor
- Este vapor pasa por una segunda turbina (conectada también a un alternador), gracias a lo cual ambos generan energía eléctrica
Lo que hace que este sistema sea respetuoso con el medioambiente es el utilizar los gases calientes para generar vapor en lugar de emitirlos al exterior.
El transporte también es un arma contra el cambio climático
En el camino para rebajar la temperatura del planeta, se ha avanzado considerablemente en el sector transporte. Muchas partes ya han sido electrificadas, sobre todo en el transporte público (ferrocarriles, trenes, metros e incluso autobuses). Sin embargo, hay que buscar más soluciones para los vehículos privados y para el transporte de mercancías.
En este último campo, se están dando dos soluciones: o bien pasar de la carretera al ferrocarril, o bien utilizar camiones híbridos (con baterías y motores de hidrógenos).
Los transportes aéreo y marítimo también deben comenzar con su proceso de descarbonización, con sistemas de propulsión híbridos eléctricos y combustibles sintéticos. Se espera, por ejemplo, que en dos años despegue el primer avión eléctrico comercial.
La viabilidad técnica y económica está comprobada, ahora, lo que necesita el planeta, es que los gobiernos se impliquen de verdad en el proceso del cambio. Si nos unimos todos, conseguiremos la ansiada reducción de la temperatura global.