¿Cómo se puede mejorar la competitividad de la industria en España?
La industria se considera una garantía para el crecimiento, el empleo y el desarrollo y, por lo tanto, un factor de estabilidad para la sociedad. En los últimos años, a pesar del momento de recesión por el que pasa el país, el sector ha demostrado su fortaleza y, excluyendo el segmento de la energía, aportó entorno al 10% del PIB español en 2011 (cerca de 100.000 millones de euros) y generó 1,8 millones de empleos.
Si se mejora de la competitividad de la industria española, estos datos podrían incrementarse y generar un crecimiento adicional del PIB del 2,3%. Así se afirma en el estudio “Claves de la Competitividad de la Industria Española” elaborado por PwC con el patrocinio de Siemens y que se ha presentado esta mañana en Madrid.
Para hacer realidad este aumento, el estudio recomienda seguir siguientes indicaciones:
• Incrementar la productividad por empleado: en la actualidad, la productividad por empleado de la industria española (sin incluir el sector de energía) se sitúa un 34,1% por debajo de la media europea, según datos de Eurostat. Si estimamos que un diferencial del 10% supone una aportación al crecimiento del 0,33%, situar nuestra productividad al nivel europeo equivaldría a un impulso del 1,13% al PIB español.
• Impulsar la inversión en I+D: la industria española invierte el 0,84% del valor de su producción, mientras que la media europea supera el 1,5%, es decir, casi el doble. Si calculamos que cada 10% de diferencial de I+D supondría un crecimiento del PIB del 0,13%, la mejora de este factor equivaldría a un aumento del PIB del 1,17%.
• Crecimiento del tamaño medio de las empresas: en un contexto de demanda interna débil, las posibilidades de conservar o incrementar el tejido industrial pasan por, en gran medida, la internacionalización de su actividad. Sin embargo, uno de los principales frenos para salir al exterior es el reducido tamaño medio de las empresas españolas. Este hecho dificulta el aprovechamiento de las economías de escala o el acceso al crédito y las debilita en la negociación con clientes y proveedores.
• “Factores país”: los más relevantes son la excesiva carga administrativa, la calidad de la educación y las restricciones en el acceso a crédito. Este último es especialmente en la actualidad grave y aumenta los costes con respecto a países de nuestro entorno y puede generar un déficit de inversión y comprometer la competitividad de la industria en el medio y largo plazo.
En el informe, también, se apunta que por cada euro de PIB generado de forma directa por la industria española, se generan 1,14 € adicionales de forma indirecta (cadena de proveedores), y 0,47 € de forma inducida. Algo parecido sucede en el campo del empleo: por cada uno generado de forma directa, se producen 1,03 empleos indirectos y 0,40 empleos inducidos.
Si se tienen en cuenta estos efectos multiplicadores, el porcentaje del PIB que está relacionado con la industria española se eleva hasta el 25,8%, un 23,4% en el caso del empleo.
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